Ketamina: una nueva alternativa cuando los tratamientos tradicionales no son suficientes

Para muchas personas que enfrentan trastornos como la depresión, la ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), el trastorno de pánico, el trastorno de estrés postraumático (TEPT), la fobia social o incluso ciertos tipos de dolor crónico y trastornos alimentarios, los tratamientos tradicionales con antidepresivos han sido, durante décadas, la principal opción. Entre ellos se encuentran los antidepresivos tricíclicos, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN). Sin embargo, estos medicamentos no siempre ofrecen el alivio esperado. En muchos casos, pueden tardar semanas o incluso meses en hacer efecto. Además, es frecuente que provoquen efectos secundarios molestos, y una vez que se inicia el tratamiento, no es posible interrumpirlo de manera repentina, lo que puede dificultar aún más su manejo a largo plazo.

La ketamina ha surgido como una alternativa diferente y prometedora, especialmente para quienes no han obtenido resultados positivos con los tratamientos convencionales. Pero es importante decirlo con claridad: la ketamina no es una cura mágica, ni funciona igual para todos. Es una opción más, pero con características únicas que la hacen destacar.

¿En qué se diferencia la ketamina de los antidepresivos tradicionales?

Rapidez en el efecto

Mientras que los antidepresivos tradicionales suelen tardar entre 4 y 6 semanas —y a veces más— en comenzar a aliviar los síntomas, la ketamina ha demostrado tener un efecto mucho más rápido. En muchas personas, puede generar una mejora perceptible en el estado de ánimo en pocas horas o dentro de los primeros días tras la administración. Esta rapidez resulta especialmente valiosa en situaciones críticas, como cuando hay presencia de ideación suicida, donde esperar semanas por un efecto terapéutico puede representar un riesgo para la vida.

Diversos estudios han mostrado que la ketamina puede reducir de forma significativa los pensamientos suicidas en un corto período, ofreciendo una ventana de alivio mientras se establecen otros tratamientos de más largo plazo. Gracias a esta acción casi inmediata, se está convirtiendo en una herramienta cada vez más reconocida en contextos clínicos donde se necesita una respuesta urgente, como hospitalizaciones por crisis graves o cuadros depresivos resistentes al tratamiento convencional.

Mecanismo de acción distinto

Los antidepresivos clásicos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), los inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN), los antidepresivos tricíclicos y los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), los inhibidores selectivos de la recaptación de dopamina (ISRD), actúan principalmente sobre los niveles de neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y la noradrenalina. Estos químicos son fundamentales para regular el estado de ánimo, la motivación, el sueño y el apetito. Además, algunos de estos fármacos también interactúan con otros receptores en el cerebro, como los receptores histamínicos (relacionados con la somnolencia y el apetito) y los receptores muscarínicos de acetilcolina (involucrados en la memoria y el funcionamiento cognitivo), lo cual explica muchos de sus efectos secundarios.

La ketamina, por otro lado, actúa a través de un mecanismo completamente diferente. En lugar de enfocarse en los sistemas clásicos de serotonina o noradrenalina, la ketamina trabaja sobre el sistema del glutamato, el neurotransmisor más abundante en el cerebro. En particular, bloquea un tipo específico de receptor llamado NMDA (N-metil-D-aspartato), lo que desencadena una serie de efectos bioquímicos que estimulan la liberación de otros compuestos, como el BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), que promueven la neuroplasticidad.

Esta neuroplasticidad —la capacidad del cerebro para adaptarse, reorganizarse y formar nuevas conexiones— es especialmente importante en trastornos como la depresión o el trauma, donde ciertas áreas del cerebro pueden volverse rígidas o «desconectadas» por el sufrimiento emocional prolongado. La ketamina parece facilitar una especie de «reconexión» o reinicio de esos circuitos neuronales afectados, lo que puede explicar su acción rápida y su eficacia incluso en personas que no han respondido a otros tratamientos.

Posible efectividad en casos resistentes

Un porcentaje significativo de personas con trastornos depresivos no responde adecuadamente a los tratamientos convencionales con antidepresivos. Se estima que entre el 30% y el 50% de los pacientes no logra una mejoría suficiente con el primer fármaco prescrito, razón por la cual se le debe agregar un segundo antidepresivo, y aproximadamente un tercio desarrolla lo que se conoce como depresión resistente al tratamiento (DRT), es decir, una condición en la que al menos dos tratamientos diferentes, administrados en dosis adecuadas y durante un tiempo apropiado, no han producido una respuesta clínica significativa. 

Frente a esta realidad, la ketamina ha emergido como una alternativa innovadora y prometedora. Diversos estudios han demostrado que tanto la ketamina intravenosa como su forma intranasal (esketamina) pueden generar mejoras rápidas y significativas incluso en personas con depresión resistente al tratamiento. En algunos ensayos clínicos, más del 60% de los pacientes tratados con ketamina han mostrado una respuesta clínica (reducción de síntomas del 50% o más) y entre un 30% y 40% han alcanzado una remisión completa de los síntomas, muchas veces en tan solo una o dos semanas de tratamiento. 

Para quienes han probado múltiples tratamientos sin éxito, la ketamina representa más que un nuevo medicamento: ofrece una nueva esperanza, especialmente en momentos donde otras opciones ya no parecen dar resultados.

Menor dependencia del uso diario

A diferencia de los antidepresivos tradicionales, que requieren tomarse todos los días —a menudo durante meses o incluso años—, el tratamiento con ketamina no depende de una dosis diaria. En general, se administra en sesiones programadas, ya sea por vía intravenosa o intranasal, bajo supervisión médica especializada. Estas sesiones suelen comenzar con una fase intensiva (por ejemplo, dos veces por semana) y luego se van espaciando gradualmente según la respuesta del paciente.

Este enfoque reduce significativamente la carga del tratamiento cotidiano. Muchas personas que han probado distintos antidepresivos sin éxito encuentran en la ketamina no solo un alivio más rápido, sino también una experiencia menos invasiva en su vida diaria. No tener que tomar una pastilla todos los días puede representar un descanso emocional y práctico, especialmente para quienes sienten que su vida gira en torno al manejo de la enfermedad.

Duración del efecto tras las sesiones

Uno de los aspectos más esperanzadores del tratamiento con ketamina es que no se plantea como un tratamiento indefinido. En muchos casos, tras un número limitado de sesiones, los beneficios persisten durante días, semanas o incluso meses después, sin necesidad de medicación continua. Si bien la duración del efecto varía según cada persona, estudios clínicos han demostrado que una sola dosis puede generar mejoras rápidas en el estado de ánimo, la ansiedad y los pensamientos suicidas, con efectos que pueden durar de 7 a 14 días o más. En tratamientos completos, con varias sesiones acumuladas, estos efectos pueden prolongarse aún más.

Con una planificación adecuada, muchas personas solo necesitan sesiones de mantenimiento esporádicas (cada 3 meses a 1 año) para sostener los resultados, lo cual contrasta fuertemente con los tratamientos tradicionales que requieren una administración diaria sin interrupciones.

Este patrón sugiere que la ketamina no actúa simplemente como un «alivio momentáneo», sino que podría estar ayudando a reiniciar y reparar circuitos cerebrales deteriorados por la depresión o el trauma, ofreciendo así un enfoque más transformador que a un simple control de síntomas.

Ventajas con precaución

Aunque la ketamina ha demostrado ser una herramienta terapéutica valiosa, especialmente en casos de depresión resistente y crisis con ideación suicida, no está exenta de efectos secundarios ni es adecuada para todas las personas. Por eso, su uso debe realizarse siempre bajo indicaciones médicas precisas y en contextos clínicos controlados.

Durante la administración, algunas personas pueden experimentar efectos transitorios como mareos, visión borrosa, náuseas, aumento de la presión arterial o del ritmo cardíaco, y en ciertos casos, una sensación de desconexión del cuerpo o del entorno (lo que se conoce como disociación). Este último efecto puede resultar inquietante si no se prepara adecuadamente al paciente, aunque suele ser breve y reversible. En general, estos síntomas aparecen únicamente durante la sesión —en especial durante la fase de infusión o inmediatamente después— y desaparecen completamente en el transcurso de minutos a pocas horas.

Debido a estos posibles efectos, es fundamental que cada sesión se realice con monitoreo médico directo, en un ambiente tranquilo y seguro, y con personal capacitado para contener cualquier respuesta emocional intensa o inesperada.

Además, aunque los resultados pueden ser rápidos y significativos, los efectos de la ketamina no son permanentes. La mayoría de las personas necesita un plan de mantenimiento, que puede incluir infusiones de refuerzo cada cierto tiempo, psicoterapia de apoyo y un seguimiento psiquiátrico constante. La ketamina no reemplaza al acompañamiento psicológico ni a otras herramientas terapéuticas, sino que funciona mejor cuando se integra en un enfoque integral que incluya cambios emocionales, conductuales y sociales.

También hay ciertas contraindicaciones importantes: personas con antecedentes de psicosis, trastornos de consumo problemático de sustancias o ciertas condiciones médicas graves (como enfermedades cardíacas no controladas) pueden no ser candidatas ideales para este tratamiento. Por eso, antes de comenzar, es esencial realizar una evaluación médica completa.

¿Existe riesgo de abuso o adicción?

Sí, aunque el riesgo es muy bajo en contextos médicos controlados, la ketamina tiene potencial de uso indebido cuando se consume fuera del entorno terapéutico. En contextos recreativos y no supervisados, se ha utilizado como droga por sus efectos disociativos o alucinógenos, lo que puede llevar a un consumo repetido y, en algunos casos, a conductas problemáticas o abuso.

Sin embargo, cuando se administra con fines terapéuticos, en dosis controladas y bajo supervisión profesional, los estudios muestran que el riesgo de desarrollar dependencia es mínimo. Parte del protocolo clínico incluye evaluar cuidadosamente a cada paciente antes de iniciar el tratamiento, especialmente si hay antecedentes de consumo problemático de sustancias. Además, al no requerir un uso diario, la ketamina reduce la exposición constante y, por tanto, también el riesgo de habituación.

En resumen, el contexto de uso es clave: en un entorno médico, con controles adecuados, la ketamina es segura y eficaz; fuera de ese marco, puede tener riesgos importantes que deben evitarse.

Un paso más, no el único paso

La ketamina no reemplaza a la psicoterapia ni a otras formas de tratamiento, pero puede convertirse en una herramienta poderosa dentro de un enfoque integral. Su uso responsable, bien informado y en el entorno adecuado puede representar un cambio profundo para quienes han sentido que ya nada funciona.

Si tú o un ser querido están explorando nuevas alternativas, la ketamina podría ser una opción a considerar. No como una promesa vacía, sino como una posibilidad real —basada en evidencia— que merece ser explorada con seriedad y esperanza. Estamos aquí para ayudarte a descubrir si esta alternativa puede formar parte de tu camino hacia el bienestar.

Estrés Crónico y Ansiedad: Cómo Reconocer las Señales y Recuperar tu Bienestar

El enemigo silencioso que se disfraza de rutina

Hay mañanas en que el reloj suena y, antes de abrir los ojos, tu mente ya corre una maratón: pendientes del trabajo, cuentas por pagar, alarmas de noticias, redes sociales rebosantes… Ese murmullo constante es la música de fondo del estrés crónico. Durante un tiempo, nuestro cuerpo tolera la tensión; pero cuando la alarma nunca se apaga, la ansiedad aparece como invitada permanente y el organismo pasa de la alerta saludable a una hoguera que consume energía, ánimo y salud.

Del “modo supervivencia” al cansancio permanente

Cuando vivimos en “modo supervivencia”, el cerebro libera cortisol y adrenalina un día tras otro. Al principio te sientes enérgico, pero pronto llegan la fatiga, el sueño entrecortado y la irritabilidad. Tal vez notes dolores de cabeza frecuentes, malestares estomacales o la sensación de que el corazón late muy rápido sin motivo. Estos son mensajes de tu cuerpo: “¡Necesito una pausa!” Si los ignoras demasiado tiempo, pueden abrir la puerta a hipertensión, insomnio crónico o incluso depresión.

¿Por qué es tan fácil normalizar la ansiedad?

Porque el mundo aplaude la productividad desenfrenada. Llegamos a creer que dormir poco o almorzar frente al computador es señal de compromiso. Normalizar la ansiedad se vuelve peligroso cuando necesitas cada vez más café para mantenerte despierto o cuando el fin de semana ya no basta para recargar energías.

Volver a respirar: la propuesta de DobleSalud

En DobleSalud creemos que la salud mental y física van de la mano. Por eso abordamos el estrés crónico desde varios ángulos:

  • Evaluación médica integral: descartamos problemas orgánicos que puedan agravar la ansiedad, como alteraciones tiroideas u hormonales.
  • Psicoterapia centrada en técnicas de regulación emocional: nuestro equipo de salud mental te guía en ejercicios de respiración consciente, reestructuración de pensamientos y construcción de hábitos que nutren, no drenan.
  • Nutrición equilibrante: la alimentación influye en tus neurotransmisores; pequeños ajustes, como regular ingestas de azúcares simples y aumentar alimentos ricos en magnesio y omega‑3, favorecen un estado de calma sostenida.

Cada paciente es único. Tal vez necesites empezar con pequeñas pausas de respiración de un minuto varias veces al día o con aprender a decir “no” a compromisos que roban tu tranquilidad. Nuestro equipo te acompaña para que esas micro‑decisiones se vuelvan un estilo de vida.

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Cierra los ojos y respira profundo contando hasta cuatro, retén el aire dos segundos y exhala en seis. Hazlo tres veces seguidas. Notarás cómo tu pulso baja y la mente se silencia un instante. Ese espacio de calma es el primer ladrillo para construir un día menos cargado.

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Tómate un respiro y permítenos acompañarte a reconectar con tu bienestar.

Terapia con Ketamina en Salud mental

Terapia con Ketamina en Salud Mental

La terapia con ketamina es una opción innovadora para tratar la depresión y otros trastornos de salud mental, especialmente en casos en los que otros tratamientos no han sido efectivos. Este enfoque puede ofrecer un alivio rápido de los síntomas, a menudo en cuestión de días, lo que la convierte en una alternativa valiosa para quienes buscan mejoras significativas en su bienestar emocional.

La ketamina actúa de manera diferente a los antidepresivos tradicionales, modulando ciertas conexiones cerebrales relacionadas con el ánimo y la resiliencia emocional. Su administración se realiza bajo estricta supervisión médica, en un entorno controlado y seguro, lo que garantiza que los posibles efectos secundarios sean mínimos y manejables.

Entre las principales ventajas de la terapia con ketamina destacan:

  • Alivio rápido: Los pacientes suelen experimentar mejoras significativas en pocos días, siendo particularmente útil en situaciones de crisis emocionales.
  • Efectividad en depresión resistente: Una opción esperanzadora para quienes no han respondido a otros tratamientos convencionales.
  • Reducción de pensamientos suicidas: Ha demostrado ser eficaz para disminuir este riesgo de manera rápida y sostenida.
  • Mejora general del bienestar: Los pacientes reportan sentirse más optimistas, energéticos y capaces de enfrentar sus actividades diarias, con una mejor calidad de vida.

Cada tratamiento se adapta a las necesidades específicas del paciente, ya sea mediante infusiones intravenosas u otras formulaciones aprobadas, con evaluaciones continuas para garantizar su seguridad y eficacia. Un equipo especializado acompaña todo el proceso, priorizando el bienestar del paciente y brindando una alternativa personalizada que transforma su salud emocional.

Programa de Terapia con Ketamina

Nuestro Programa de Terapia de Infusión con Ketamina ofrece una opción innovadora y de rápida acción para tratar trastornos depresivos, de ansiedad y dolor crónico resistentes a tratamientos convencionales, integrando la administración de ketamina con apoyo psicológico.  A continuación, se resumen sus componentes principales:

Componentes del Programa

  1. Evaluación Psicológica Inicial (60 minutos): Realizada por un psicólogo clínico en modalidad telemedicina. Evalúa el estado emocional, antecedentes psiquiátricos y establece objetivos terapéuticos. Determina la elegibilidad del paciente y prepara para la experiencia con ketamina.
  2. Sesión de Infusión de Ketamina (aproximadamente 1.5 horas): Administración intravenosa en un entorno clínico seguro por un médico anestesiólogo. Supervisión durante la infusión (40-60 minutos) y observación postinfusión (30-60 minutos).
  3. Sesión de Integración Psicológica Post-Infusión (60 minutos): Se realiza 24-48 horas después de la infusión, en modalidad telemedicina. Ayuda a procesar la experiencia, integrar efectos terapéuticos y diseñar estrategias a largo plazo.

Ofrecemos paquetes de 3 y 6 sesiones de infusión, a precios más convenientes.

Descarga el  Programa de Terapia de Infusión con Ketamina

¿Cómo acceder a la terapia con ketamina en Doble Salud?

Elige tu vía de ingreso

  1. Derivación externa
    • Pide a tu psicólogo/a o psiquiatra que emita una interconsulta dirigida a Doble Salud.
    • La interconsulta debe incluir un resumen de tu historia clínica y motivo de derivación.
  2. Evaluación interna
    • Agenda una consulta de psicología con nuestro equipo.
    • El/la psicólogo/a de Doble Salud revisará tu caso y confirmará si la terapia con ketamina es apropiada para ti.

Revisión de la documentación

  • Nuestro equipo clínico revisará la interconsulta o el informe de la evaluación interna.
  • Si se cumplen los criterios de seguridad y pertinencia, pasamos al siguiente paso.

Selección del programa y pago

  • Te presentaremos las alternativas de tratamiento (sesión única, paquete de infusiones, etc.).
  • Realiza el pago de la sesión individual o del programa completo que prefieras. Solo con el pago confirmado podemos reservar tu cupo.

Agendamiento de la infusión

  • Coordinamos la fecha y hora de la infusión de ketamina en nuestra clínica.
  • Recibirás instrucciones detalladas (ayuno, acompañante, transporte post‑sesión, etc.).

Sesión de infusión y seguimiento

  • Acude el día pactado; un médico y enfermero/a monitorearán todo el procedimiento.
  • Al terminar, acordaremos las citas de control o nuevas infusiones y las sesiones de apoyo psicológico necesarias.
  • Si las sesión de psicoterapia de integración es con tu psicólogo, lo ideal es que esté agendada antes de la infusión, para 24- 48 hrs después de la infusión.

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Cuestionario Previo para optar a Terapia con Ketamina

    Atención Psicológica

    Atención Psicológica

    Ofrecemos un completo servicio de apoyo psicológico para acompañarle en el cuidado de su bienestar emocional y mental. Sabemos que la salud mental es fundamental para su calidad de vida, y nuestro equipo de psicólogos está comprometido en brindarle un espacio seguro, de escucha y comprensión, donde pueda abordar sus inquietudes y desafíos emocionales.

    A través de nuestras sesiones de psicoterapia, le ayudamos a:

    • Manejo del estrés y la ansiedad: Trabajamos en técnicas efectivas que le permitan manejar situaciones de tensión, reducir el impacto del estrés en su vida y aprender herramientas de relajación que pueda aplicar día a día.
    • Apoyo en procesos de duelo o pérdidas: Le ofrecemos acompañamiento en momentos de dolor o pérdida, ayudándole a procesar sus emociones y adaptarse a los cambios que estas situaciones pueden traer.
    • Superación de la depresión: Proporcionamos un espacio de apoyo para aquellos que experimentan tristeza profunda, falta de motivación o desesperanza, ayudándoles a encontrar estrategias para mejorar su estado de ánimo y recuperar el sentido de bienestar.
    • Fortalecimiento de la autoestima y autoconfianza: A través de un trabajo profundo y personalizado, le ayudamos a desarrollar una imagen más positiva de sí mismo, potenciando sus habilidades y aumentando su confianza para enfrentar retos cotidianos.
    • Manejo de conflictos y mejora de relaciones: Ofrecemos orientación para mejorar la comunicación, el manejo de conflictos y la calidad de las relaciones interpersonales, ya sea en el ámbito familiar, laboral o de pareja.
    • Orientación en toma de decisiones y adaptación a cambios: Brindamos herramientas para enfrentar transiciones importantes en la vida, como cambios de trabajo, mudanzas, rupturas, o cualquier situación que implique una adaptación significativa.

    Cada sesión está diseñada para que usted se sienta escuchado y apoyado, en un ambiente de respeto y confidencialidad. Nuestro enfoque se centra en la persona, adaptando las herramientas y técnicas a sus necesidades y ritmo, asegurando así una atención de calidad y un acompañamiento constante.

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